El grupo criminal, que había estafado ya más de 200.000 euros (236.000 dólares), según informó la Policía este domingo, solicitaban un reintegro de 1.000 euros en los cajeros con tarjetas bancarias de terceros e introducían el artilugio metálico.
Una vez que se abría el dispensador de efectivo, los sospechosos capturaban el dinero y anulaban la operación, provocando un fallo electrónico.
De esta forma, el dinero volvía a la cuenta del titular, una técnica novedosa de estafa, según la Policía. En un solo fin de semana, el grupo llegó a obtener hasta 40.000 euros.
En el momento de la detención, los agentes localizaron e intervinieron 2.500 euros en billetes de 50 escondidos entre la ropa de uno de los cabecillas, en tanto que la investigación sigue abierta. EFE
Fuente: Lapatilla.com
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