El extremo Luis Díaz, en una media chilena fulminante, abrió la cuenta en el minuto 10, pero los brasileños empataron en el 78 con un cabezazo de Roberto Firmino que halló una respuesta deficiente del portero David Ospina.
Aunque el gol fue legítimo, la jugada estuvo antecedida de una acción polémica en la que un pase de Neymar chocó con el árbitro argentino Néstor Pitana. La pelota llegó a los pies de Renan Lodi, quien envió el centro para el cabezazo de Firmino.
Los colombianos reclamaron airadamente que el juego debía reanudarse con un balón a tierra. Pero Pitana dio continuidad.
En la última jugada, en el 90+10, en un cobro de esquina, Casemiro le dio la victoria a los locales con un certero cabezazo al aparecer completamente solo en el área menor.
Clasificado desde la segunda jornada, Brasil se consolidó en el liderato de la zona con nueve puntos en tres juegos. En la última jornada definirá el destino de Ecuador, cuarto con dos unidades, que de ganarle clasificará a cuartos.
Colombia, que descansa en la última fecha, está en riesgo de eliminación. Los cafeteros, segundos con cuatro puntos, se quedarían por fuera si Venezuela vence a Perú y Ecuador a Brasil, y los incas terminan con mejor diferencia de gol que los colombianos.
– Los dioses sangran –
El resultado puede dejarse de un lado porque no altera el mensaje que envió Colombia. En el Olímpico Nilton Santos, palco del ‘triple-triple’ de Usain Bolt, los cafeteros probaron que los dioses sangran.
Reinaldo Rueda, cuestionado por sectores de la prensa por la alineación utilizada en la derrota ante Perú, la salida pasada, había dicho que la clave para herir a Brasil era quitarle la pelota.
Pudo ser un engaño del entrenador, porque la Tricolor tuvo poco el balón, pero supo sacarle provecho a los minutos en que la manejó. En esos lapsos fue eficiencia pura, al menos en la primera parte: un tiro, un gol. Y no fue una anotación cualquiera.
Juan Guillermo Cuadrado lideró un contragolpe por la derecha, centró con precisión al segundo palo donde Díaz desenfundó, detrás de los centrales brasileños, una media chilena violenta que pulverizó a Weverton.
El extremo del Porto celebró golpeando al piso, quizás incrédulo de la acrobacia que acababa de hacer o quizás extasiado por romper una imbatibilidad de seis juegos de la ‘Canarinha’. De lo que puede estar seguro es de que hizo, hasta ahora, el mejor tanto de la Copa.
La anotación fue respaldada por un sacrificio encomendable del equipo colombiano. Wilmar Barrios anuló a Neymar, Daniel Muñoz obligó a que Richarlison cambiara de banda y Everton Ribeiro no regresó al campo tras entrar al camerino.
Manoteando, reclamándole a Pitana o hablando constantemente con sus ayudantes, Tite intentaba hallar fórmulas para desactivar el planteamiento de los cafeteros.
En las vísperas del juego el entrenador brasileño había advertido de las complicaciones que le ha provocado Colombia a su selección. Lo que parecieron declaraciones corteses demostraron ser epifanías: Brasil tardó 66 minutos para generar una opción de gol, en una pelota que Neymar chocó en el palo.
La ‘Seleçao, como en los demás juegos, dominaba y atacaba con hasta ocho jugadores pero sufría para ensuciar el uniforme de Ospina hasta que llegó la polémica.
Firmino cabeceó a centro de Renan Lodi y la pelota se le escurrió al arquero del Nápoles. Pero en la jugada anterior, la del pase de Neymar que se estrelló con el juez, cambió el destino del cotejo.
El partido se detuvo por siete minutos en medio de revisiones en el VAR y airados reclamos cafeteros, a quienes les costó volverse a enchufar tras el empate.
Cuando las tablas parecían un hecho, en medio de un juego que se calentó, ‘Ney’ cobró un córner cuando faltaban segundos. Casemiro entró solo e infló la red, para amargura de Colombia y alivio de Brasil.
Fuente: AFP
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