En los últimos 13 años, por cuenta de las tres reconversiones monetarias que ha efectuado el Banco Central de Venezuela (BCV), se han eliminado 14 ceros del valor nominal de la moneda, el bolívar.
Ayer, el Gobierno del país vecino anunció la tercera reconversión, que suprimirá seis ceros de la divisa, es decir, todo importe monetario y expresado en bolívares se dividirá en un millón.
Así lo expresó el comunicado oficial del banco central, que explicó que el cambio en la escala monetaria busca el desarrollo de una economía digital y sentar las bases para un camino de recuperación económica. Los nuevos billetes entrarán en circulación el primero de octubre.
Como se mencionó, esta no es la primera modificación a la moneda, ya que sin incluir la decisión tomada el día de ayer, desde 2008 ya se habían recortado ocho ceros para mitigar la abrupta reducción de la capacidad adquisitiva de la divisa.
Al respecto, vale la pena resaltar que la tasa de inflación interanual de Venezuela llegó a 2.719% en el quinto mes del año en curso, una cifra que, si bien es excesivamente alta, sigue estando por debajo de la registrada en marzo, cuando el indicador alcanzó a superar 3.000%.
Para ilustrar la situación inflacionaria del país, Bloomberg tiene el Índice Café con Leche, que mide el precio de una tasa de café caliente servida en una panadería al este de Caracas e intenta ser una métrica similar a la inflación. Este llegó a registrar un aumento de 2.575% en los últimos 12 meses.
La modificación monetaria atañe un problema relacionado con la tasa de cambio, que durante mucho tiempo ha estado sobrevalorada y no responde a la realidad económica del país, teniendo en cuenta su paridad en el valor. En la actualidad, 100 millones de bolívares equivalen aproximadamente a US$25.
Al respecto, Nicolás Garzón, profesor de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de la Sabana, apuntó que este hecho ha dado paso a que la economía venezolana haya entrado en un proceso espontáneo hacia la dolarización, lo que, según su criterio, tampoco soluciona el problema de pérdida de poder adquisitivo de manera estructural.
El excesivo aumento en los precios de consumo ha estado presente al menos desde 2017, por lo que el Gobierno de Nicolás Maduro permitió la adopción generalizada del dólar estadounidense con miras a reducir el problema.
No obstante, “se ha venido presentando, incluso, hasta inflación en dólares, entonces no es algo que vaya a cambiar estructuralmente el comportamiento de la economía, ni es una medida trascendental. Eso indica que la eliminación de los ceros no van a suponer un efecto directo sobre el comportamiento inflacionario del país ya que obedece más a problemas estructurales”, dijo Garzón, agregando que aún no existe claridad en la dinámica de reemplazo de billetes, ni en cuál va a ser ese proceso.
También, afirmó que el problema se acentúa por temas como la ausencia de plena independencia por parte del emisor del país, problemas de productividad y de política económica y, en consecuencia, no se esperarán cambios profundos.
Por su parte Eduardo Fortuny, director de Dinámica Venezuela, opinó en la misma dirección, y dijo que desde el punto de vista económico la decisión es intrascendente y ya se han llevado a cabo varios procesos de reconversión, pero, con el avance de la dolarización, el impacto sería más marginal.
En el comunicado del emisor venezolano se explicó que el tipo de cambio de referencia seguirá siendo el que determine el Sistema de Mercado Cambiario de Venezuela y continuará calculándose con base en las operaciones de compraventa de divisas a través de las mesas de cambio de las entidades bancarias.
Además, se señaló que con la medida esperan reducir costos de transacción en la economía, pero, según Luis Vicente León, economista y presidente de Datanálisis, no se abordarán las causas estructurales de la inestabilidad.
Fuente: larepublica.co
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