La Reina del Triple Salto
Yulimar Rojas, la destacada atleta venezolana conocida como "La Reina", se enfrenta a uno de los desafíos más difíciles de su carrera: no competir en los Juegos Olímpicos de París 2024. Esta noticia es devastadora no solo para ella sino también para sus seguidores alrededor del mundo. Rojas, quien ha cautivado a multitudes con su carisma y habilidades en el triple salto, comparte una historia de superación personal y resiliencia que la ha convertido en un ícono del deporte.
Los Primeros Años de Yulimar
Nacida en Pozuelos, un humilde barrio de Puerto La Cruz, Venezuela, Yulimar Rojas creció en un entorno donde la adversidad era parte de la vida cotidiana. Desde muy joven, sufrió acoso y burlas por su apariencia y origen humilde. "De pequeña sufrí mucho bullying. Me decían muchas cosas. Los sobrenombres me mataban, me dejaban impotente", recuerda Rojas. Estos ataques se centraban en su estatura, su piel y su cabello, elementos que hoy son parte integral de su identidad.
Invocando Fuerzas Internas
A pesar del acoso, Yulimar siempre encontró una fuente de fuerza interna. Se refugió en su amor por el deporte y su conexión con Dios. Su ritual antes de cada salto, que incluye aplaudir y hablar consigo misma, es una manifestación de esa fortaleza. "Invoco a la muchachita humilde de Pozuelos, la larguirucha de la que se burlaban", dice Rojas, destacando cómo su pasado ha moldeado su presente.
La Trayectoria Deportiva
El camino de Yulimar hacia la cima del atletismo mundial comenzó en el Complejo Polideportivo Simón Bolívar en su ciudad natal. Fue allí donde, bajo la guía de su entrenador cubano Iván Pedroso, comenzó a desarrollar su talento en el triple salto. Pedroso, un ex-campeón mundial, reconoció el potencial de Rojas y aceptó entrenarla, iniciando así una asociación que la llevaría a ganar múltiples títulos mundiales.
Superando el Bullying
El bullying que sufrió Yulimar no solo la afectó emocionalmente sino que también la impulsó a superarse. "Ese fue un hecho que me persiguió toda mi adolescencia. Me decían muchas cosas. Los sobrenombres me mataban, me dejaban impotente", confiesa. Sin embargo, en lugar de derrumbarse, usó esas experiencias como combustible para su éxito, demostrando una resiliencia y una determinación impresionantes.
El Vuelo en el Salto
Para Yulimar, el salto no es solo una competencia, es una experiencia liberadora. "¿Qué pienso cuando salto? O más bien, cuando vuelo, porque es volar. Para mí se trata de ser yo misma. De liberar tensiones", explica. Este enfoque mental le ha permitido no solo dominar la técnica del salto triple sino también disfrutar del proceso, convirtiéndose en una de las mejores del mundo.
La Lesión que Rompió Sueños
En abril de este año, Yulimar anunció en redes sociales que una lesión en su Talón de Aquiles izquierdo la dejaría fuera de los Juegos Olímpicos de París 2024. "Mi corazón está roto, también quiero disculparme por no poder representarlos en París", escribió. Esta lesión no solo interrumpe su carrera sino que también deja un vacío en el evento deportivo más grande del mundo.
De la Marginalidad venezolana a la Gloria
La historia de Yulimar es una de ascenso meteórico desde la pobreza hasta la fama mundial. Vivir bajo un techo con goteras y temer que la lluvia arrasara su casa era parte de su realidad. Sin embargo, con sus medallas y éxitos, Rojas no solo mejoró su vida sino también la de su familia, brindándoles un nuevo hogar y esperanza.
Una Atleta con Temple
El temple y la fortaleza de Yulimar no surgieron de la nada. "El trauma, el dolor, el miedo vino de afuera, de los otros", señala, refiriéndose al acoso que sufrió. Pero fue precisamente ese sufrimiento el que la convirtió en la guerrera que es hoy. "Agradezco a esas personas por hacerme más fuerte. Me volvieron una mujer con temple, guerrera, luchadora", reflexiona.
La Salida de Venezuela
En 2015, Yulimar tomó la difícil decisión de dejar su país para desarrollar su potencial. "Me fui de mi país cuando estaba cumpliendo 20 años. Le huía a la idea de partir", comenta. Este fue un paso crucial en su carrera, permitiéndole entrenar a nivel internacional y competir en los eventos más prestigiosos del mundo.
El Orgullo de su Origen
A pesar de su éxito global, Yulimar siempre ha mantenido un fuerte vínculo con su origen. "Dentro de mí guardo Pozuelo, mi familia, mi mamá que nunca me ha dejado, mi infancia", dice. Este arraigo a sus raíces la motiva y le da un sentido de propósito que trasciende el deporte.
Más que una Atleta
Yulimar es conocida no solo por sus logros en el atletismo sino también por su carácter y valores. "He crecido mucho. Aprendí cosas fundamentales: a valorar el día a día, a no perderme y a creer en mí", afirma. Estos aprendizajes la han ayudado a enfrentar desafíos dentro y fuera de la pista con una actitud positiva y resiliente.
La Lucha por la Igualdad
Yulimar Rojas es también una voz fuerte en la lucha por la igualdad y el respeto a las diferencias. "Para mí es importante que niños y jóvenes que tienen una preferencia sexual distinta sepan que no deben ser señalados", dice con firmeza. Su apertura y orgullo por su identidad son inspiradores para muchos.
Más Allá del Deporte
Además de su impresionante carrera deportiva, Yulimar sueña con momentos simples y personales, como usar tacones altos, algo que no era común para ella debido a su altura. "Yo nunca he sido de usar sandalias ni zapatos de vestir porque siempre he sido alta y siempre andaba descalza", comparte. Estos pequeños detalles revelan una faceta más íntima y humana de la campeona.
El Legado de una Reina
Yulimar Rojas ha dejado una marca indeleble en el mundo del atletismo y en los corazones de muchos. Su historia es un testimonio de cómo la determinación y la resiliencia pueden superar cualquier obstáculo. Aunque no competirá en París 2024, su legado y espíritu continuarán inspirando a futuras generaciones de atletas y a todos aquellos que luchan por sus sueños.
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